Después de visitar el Monasterio de San Bento, fui a dar un paseo por el morro de la Conceição ya que esta al lado, entre el monasterio y el futuro puerto maravilla.
El morro de la Conceição es el lugar donde comenzó la ocupación de Rio de Janeiro. Este, junto con los morros de do Castelo, de Santo Antônio y de São Bento, formaban un cuadrilátero por donde creció la ciudad durante 3 siglos desde que se fundara en 1565. Algunos de ellos ya no existen por el crecimiento urbanístico de la ciudad.
El morro de la Conceição es el lugar donde comenzó la ocupación de Rio de Janeiro. Este, junto con los morros de do Castelo, de Santo Antônio y de São Bento, formaban un cuadrilátero por donde creció la ciudad durante 3 siglos desde que se fundara en 1565. Algunos de ellos ya no existen por el crecimiento urbanístico de la ciudad.
Pese a todo lo que ha cambiado la cuidad desde entonces, los habitantes de esta zona aseguran que el estilo de vida en esta pequeña área no cambio mucho ya que lo escarpado del lugar lo aísla de la vida cotidiana del resto de la ciudad, y razón no les falta.
Es curioso pasear por sus empinadas calles y ver como hay churrascos improvisados en las puertas de las casas y como la gente te saluda y te invita a charlar con ellos.
Históricamente el nombre que tenia era Morro do Valongo. El morro, ni es ni fue nunca una favela. Tiene pocos registros de crímenes o robos. En 1590 se inicio la edificación de la pequeña iglesia de Nossa Senhora da Conceição, que hoy en día aun existe y fue restaurada.
En el morro se encuentran el Serviço Geográfico do Exército, el Observatório Astronômico do Valongo (UFRJ), la Igreja de São Francisco da Prainha (1696), la Fortaleza Militar da Conceição (1718) y al norte del morro la Pedra do Sal, roca donde llegaban los navíos con esclavos traídos de África.
En 1905, se construyo en su zona oeste el Jardim Suspenso do Valongo, Un mirador muy bonito que se ha restaurado por cuenta del las obras del Puerto Maravilha.
Paseando por el morro, se ve la inclinación de las calles, las construcciones antiguas, el buen estado de conservación de todas las casas, y como decía, la hospitalidad de las gentes. Me llamo la atención la cantidad de ateliês (talleres de arte) que se encuentran en la zona.