Después de casi cuatro años por Rio de Janeiro, finalmente marcamos para ir a visitar el Sitio de Burle Marx.
La verdad es que es un paseo que merece la pena. Es un Sitio / parque natural donde el artista vivió y desarrollo gran parte de su trabajo.
Esta excelentemente mantenido y para hacer la visita hay que reservar con anterioridad ya que hay un numero máximo de visitas y los grupos ademas no son muy grandes.
Vas acompañado de un guía que te va contando tanto la historia del lugar como un poco la vida del artista.
Al reservar se puede pedir el guía en Ingles o Portugués. El precio son 10 Reales y los menores de 6 no pagan. Tiene un estacionamiento para los visitantes.
En este enlace podéis ver los teléfono o email para hacer la reserva.
Si lo visitáis en un día no muy caluroso, es mucho mejor, ya que todo el parque esta entre el bosque y hay bastante humedad.
Un poco de información sobre
el artista:
Roberto Burle Marx fue
el paisajista más importante de Brasil y el creador del paisajismo moderno -tal
como lo nombra el Instituto Americano de Arquitectos-, es lo mínimo que se
puede decir de este artista que nació en São Paulo en 1909 y vivió
hasta 1994.
Pintor, ceramista,
diseñador de joyas, artista de grabado y tapiz, cantante barítono, escultor,
escenógrafo, ecologista, botánico y un cocinero entusiasta y exigente, son
papeles que el paisajista también desempeñó con éxito, además de hablar siete
idiomas. "Una vida entera de trabajo, perseverancia y, sobre todo,
talento" como declaró en una entrevista la artista plástica Zélia
Salgado, considerada la primera dama de la escultura abstracta en Brasil.
Hijo de Wilhelm Marx, judío alemán, y de Cecilia Burle, francesa radicada
en Recife, ciudad en la que se conocieron,
mudándose luego para São Paulo, donde nace Roberto. Su padre, además de
dedicarse al comercio del cuero era un hombre culto, amante de la música
clásica y la literatura europea -y estaba suscripto a revistas de jardinería-,
y su madre, era pianista, cantante y una ferviente jardinera. Con lo cual el
amor al arte, la música, las plantas y la vocación por saber, lo acompañan
desde la infancia. Otra persona de gran influencia fue su niñera Ana Piascek,
polaca, quien le enseñó a preparar los canteros para plantar las mudas e
influyó sobre su gusto por la cocina.
En 1913 la familia Burle Marx se muda al
barrio de Leme, en Rio de Janeiro. Pero su profundo interés por el mundo vegetal
se da cuando conoce los invernaderos del Jardín Botánico
de Berlín -ciudad a la que viajaron para que su padre se atendiera un
problema en la vista-, donde descubre plantas brasileñas que no sabía que
existían.
Durante los dos años
que pasan en Europa (1928-1929), Burle Marx toma clases pintura, de piano y
canto, y después de visitar una exposición colectiva de Picasso, Klee y Matisse
y una retrospectiva de Van Gogh, decide estudiar pintura en forma
académica.
El camino del artista
De regreso a Brasil,
siguiendo el consejo del arquitecto Lucio Costa, su amigo y vecino, se
inscribió en la Escuela Nacional de Bellas Artes (actual Museu de Belas Artes
do Rio de Janeiro). Allí conoció a Oscar Niemeyer, Hélio Uchôa y Milton
Roberto. Es decir que desde temprano estuvo rodeado por los hombres más
destacados de la arquitectura modernista brasileña. Uno de sus profesores
fue Cândido Portinari, a quien luego auxiliaría como asistente para pintar
los murales del Ministerio de Educación y Salud, entre 1937 y 1938. A los dos
años, decepcionado con los métodos académicos, deja los estudios.
A partir de allí, con
el apoyo de su familia, construye su propio camino. Entre fines de los años 20
e inicio de los 40 mantiene un estilo expresionista, y desde esta década pasa a
interesarse por el cubismo, movimiento con el que se siente representado
"simplemente porque fue esa escuela la que quebró el academismo". En
los 50 se aproxima al abstraccionismo y comienza a crear mosaicos de formas
construidas con una geometría libre, más orgánica. Lo mismo sucede con la
utilización del color, que se vuelve más lírico y poético. Es durante esta fase
que elabora los paneles para el Conjunto Residencial do Pedregulho, en 1951, en
el barrio de São Cristovão (hoy en día, famoso por la Feira de São
Cristovão), Rio de Janeiro. Edificio elogiado por Le Corbusier en su
pasaje por Brasil.
Burle Marx concebía el
arte como un sistema de formas, colores y ritmos -lo mismo pensaba de los
jardines, a los que denominaba "obras vivas"-. Su espíritu meticuloso
e investigador le permitió pasear por todas las vertientes artísticas sin
casarse con ninguna. Su talento era tal que conseguía crear con las más
diversas técnicas y herramientas. Aunque el artista plástico acabó siendo
opacado por el paisajista -al menos ante los ojos del mundo- Burle Marx realizó
innumerables exposiciones individuales y colectivas, tanto en Brasil como en el
exterior.
Aquí tenéis algunos
enlaces para ver sus obras como paisajista.