La Quinta da Boa Vista es un parque público muy simbólico en Río de Janeiro, y un atractivo histórico que merece la pena conocer.
El nombre fue designado en el siglo XIX por el propietario del parque: Elías Antonio Lopes. El mismo se construyó una casa en la cima de una colina con una impactante vista de la Bahía de Guanabara, inspirando el actual nombre del parque como "Boa Vista" o "Bella Vista".
En 1808, donó su propiedad al príncipe Juan VI, razón por la cual, la casa tuvo que ser reformada a fin de adaptar sus instalaciones a la familia real portuguesa. Por lo tanto, grandes jardines fueron construidos en 1869 en base a un proyecto diseñado por el paisajista francés Auguste Glaziou.
En 1808, donó su propiedad al príncipe Juan VI, razón por la cual, la casa tuvo que ser reformada a fin de adaptar sus instalaciones a la familia real portuguesa. Por lo tanto, grandes jardines fueron construidos en 1869 en base a un proyecto diseñado por el paisajista francés Auguste Glaziou.
El Museo Nacional fue fundado en 1818 por el rey Juan VI de Portugal, y trasladado al palacio imperial de la Quinta en 1892. Las colecciones que se exhiben en este importante museo, la mayoría adquiridas por donaciones, incluyen Astronomía, Paleontología, Historia Natural y muestras de Etnología. También se conservan algunas habitaciones del antiguo palacio con su decoración original.
El zoológico de Rio esta en este mismo espacio. Fue inaugurado en 1945 y es hogar de más de 2000 especies animales, incluyendo monos y aves.
La Quinta da Boa Vista abre todos los días de 7 am hasta 6 pm.
Personalmente, creo que el estado de los jardines de la quinta esta un poco descuidado. El edificio principal esta bien y los jardines delanteros también.
En la zona que da al zoo, si hace calor, el tufillo es curioso por no decir otra cosa.
Los restaurantes que hay dentro, no están mal aunque el precio es algo elevado para mi gusto. Probamos el Restaurante Quita da boa Vista, que tiene una buena pinta.
En general, las carnes muy buenas, los petiscos..... no tan buenos. Me gusto, que antes de cocinarte la carne, te enseñan la pieza cruda y te la cocinan en parrillas próximas a la mesa al punto que gustes. por lo demás, nada extraordinario que mencionar.
Vestimenta muy rococo de los camareros, y poco mas.
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